Podría empezar indicando que Casa de la Abuela Pili es una vivienda familiar construida en el año 1900 siguiendo la arquitectura tradicional del momento, pero entonces podría estar describiendo cualquier otra vivienda de Colmenar de Oreja.
Lo que hace diferente a una vivienda no son sus materiales ni su estructura, sino sus recuerdos, y Casa de la Abuela Pili tiene muchos.
Todavía recuerdo el olor a cocido de los domingos junto a la estufa de gas, las cuevas que tanto desahogo daban en los calurosos días de verano, los caramelos de sabores rellenos escondidos en el mueble-bar, esas noches en fiestas contemplando la pólvora desde la habitación, las uvas colgados en cuerdas para comerlas en nochevieja, la tinaja llena de agua que parecía no tener final, las gallinas y los conejos, el albaricoquero que gobernaba el patio y el rico sabor de sus frutos y ese maravilloso olor a lilas y manzanilla que siempre permanecerá en mi memoria.
Hoy Casa de la Abuela Pili ya no es aquella casa de 1900, ha tenido que ir modernizándose a la vez que lo iba haciendo la vida, pero yo os invito a que imaginéis todos estos recuerdos a la vez que paseéis por ella y disfrutéis pensando que algún día fue todo eso.